7 falacias sobre la regulación de la prostitución
- Disi_dencias

- 22 sept
- 4 Min. de lectura
Estamos cansadas de escuchar las mismas falacias sobre la regulación de la prostitución, que se repiten, ya no de año en año, sino en década en década. Aquel: "Si se regulara, se terminaría la trata" es más viejo que nosotras y recordamos haberlo escuchado de pequeñas.
Aquí tienes una lista de las 7 estrellas de los argumentos falaces sobre esta temática. Guarda el artículo y así haces copy paste cuando te toque repetir por decimosexta vez que no, que la situación de prostitución no es una situación laboral, que eso es falacia de falsa equivalencia.
¡Empezamos!
Ha existido toda la vida, así que se ha de regular.
Falacia ad antiquitatem: la antigüedad no es argumento. Que un tipo de injusticia social y violencia contra las mujeres tenga siglos de existencia no justifica que debamos convertirla en trabajo. Al revés, nos debe servir para analizar qué hay detrás, por qué estamos tardando tanto tiempo en eliminarla. A través de este análisis, se concluye en que es uno de los reductos de violencia machista más difíciles de combatir. ¿Puede confrontarse? Suecia, Islandia y Noruega lo están consiguiendo.
Yo pongo en alquiler mis brazos para la obra, ella pone en alquiler su c0ni0.
Falacia de la falsa equivalencia: tú pones en alquiler la fuerza de trabajo que realizas usando tus brazos, no tu brazo; no pones a disposición tu brazo para que alguien lo toque, lo bese, lo escupa, lo pellizque… obviamente, porque iría en contra de tu dignidad humana. A ella sí le alquilan el c0ni0 y todo su cuerpo, lo que vulnera gravemente su dignidad humana.
Es una profesión como otra cualquiera.
Falacia de la falsa equivalencia: en el desarrollo de una profesión alquilas tu fuerza de trabajo. A las personas prostituidas se las alquila en toda su integridad. El usuario alquila el cuerpo de esa persona por horas. Usa su cuerpo en sí, no su capacidad de trabajo.
Si se regula, se acaba con la trata (eso no te lo crees ni tú).
Esta es la reina de las falacias sobre la regulación de la prostitución, la más extendida y la más torcidera. Esta afirmación parte de una falacia de falsa equivalencia en la que se compara el negocio del tráfico de mujeres con el negocio del tráfico de drogas, siendo dos fenómenos completamente distintos. El origen del tráfico ilegal de drogas es justo la ilegalidad de su compraventa. Sin embargo, el tráfico de mujeres o trata se da porque la oferta de mujeres que "acceden" a estar en el sistema prostituyente es inferior a la demanda de hombres consumidores de prostitución. Las únicas vías para satisfacer esta demanda son la importación y coacción de mujeres. En los países en los que la prostitución es ilegal y se penaliza el proxenetismo, la policía puede entrar en los burbeles sin orden judicial, lo que favorece la detección de trata. En aquellos en los que la actividad es legal y regularizada, nadie puede entrar en un burbel sin orden judicial, lo que dificulta muchísimo las investigaciones. Esta es una de las razones por las que en Alemania o en Holanda la trata se ha quintuplicado.
El tráfico de mujeres o trata se da porque la oferta de mujeres que "acceden" a estar en el sistema prostituyente es inferior a la demanda.
Si se regula, las mujeres tendrán mayor protección.
Esta afirmación parte de la falsa equivalencia que compara la situación de prostitución con el alquiler de fuerza de trabajo, cuya regulación suele relacionarse con unas condiciones de seguridad y medidas de protección que benefician a las personas trabajadoras. En este caso, hablamos de alquiler de personas para sexo. No van a dejar de estar desnudas a merced de uno o varios desconocidos, con la única medida de protección de profilácticos y la buena fe. La regularización, además, empodera al usuario. En Alemania y en Holanda, los menús de los burdeles incluyen mujeres embarazadas para usuarios individuales o grupos, penetraciones mediante puños, ingestas de excrementos, juegos con sangre y un largo etcétera de prácticas insalubres y dolorosas.
Si se regula, las mujeres tendrán seguros médicos y jubilación.
Falacia de composición: se le da la posibilidad a los burdeles de tener en plantilla a las mujeres en situación de prostitución, lo cual no quiere decir que suceda. De hecho, en la práctica, la mayoría de mujeres en los países en los que la prostitución es legal están contratadas como autónomas o falsas autónomas, sin acceso a beneficios laborales ni posibilidad de salir de la situación de precariedad en la que se encontraban antes de la regulación. Los burdeles les cobran comisiones por servicio o les cobran rentas por el uso de espacios, al mismo tiempo que las ofrecen en cartas como productos. En Alemania cada vez es más habitual la figura del macro burdel que anuncia cerveza, bocadillo y barra libre de mujeres y cobra directamente tanto a los hombres que acuden al reclamo como a las mujeres en alquiler que tiene expuestas.
En la práctica, la mayoría de mujeres en los países en los que la prostitución es legal están contratadas como autónomas o falsas autónomas
Mientras haya personas que lo quieran hacer libremente, se ha de regular.
Falacia de afirmación del consecuente: todas las actividades reguladas han de ejercerse libremente, lo que no quiere decir que todo lo que se realice libremente deba convertirse en una actividad regulada. La regulación depende de muchos aspectos. El primero y más importante es la dignidad humana, que se vulnera en el momento en el que tu integridad física y sexual está en manos de una persona desconocida que paga por desnudarte, penetrarte, etc.
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